Los fiordos más bellos
El Nærøyfjord puede que sea el más bello de los fiordos del país, pero no es ni el más largo ni el más profundo. De hecho, es un ramal que desemboca en Aurlandsfjord, que a su vez finaliza en el Sognefjorden, y su belleza quizás se deba precisamente a que llega a estrecharse en algunos puntos hasta los 250 metros. Para explorarlo, lo mejor es comenzar en Flam, la localidad donde se encuentra el tren más empinado del mundo. No es ni un cremallera ni un funicular y tarda 45 minutos en llegar a Myrdal.
Dos son imprescindibles: la Stalheimskleiva, que parte de Stalheim y en tan sólo kilómetro y medio cuenta con 13 curvas de 180 grados, y la llamada Carretera de la Nieve –oficialmente, Aurlandsvegen–, que une Aurland con Lærdalsøyri y que es famosa por el espectacular mirador Stegastein. Por su parte, el fiordo Geiranger, que abarca las provincias de More y Romsdal a lo largo de sus 15 kilómetros, es uno de los más visitados. Caracterizado por sus acentuadas paredes verticales, cuya altura llega en algunos tramos al kilómetro, se encuentra muy cerca de la montaña de Stryn, considerada el mejor centro de esquí de Noruega.
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